Pronto aparece el frigorista para
comprobar si el sistema ha perdido gas, parece que la presión es correcta,
arrancado el motor y conectada la nevera, no cambia, eso le hace suponer que es
el compresor el que se ha averiado. En su opinión, no debería tener el gas
R_404, que es el que pusieron en Açores cuando se estropeó.
Marjo y Andrea se marchan al
aeropuerto. Mariá con Barry se van de compras al super y Talín se va a la
lavandería.
Poco después de desata una
tormenta y llueve a cántaros.
Cuando vienen estibamos todo y
pongo ropa limpia para los tripulantes. Trato de conectarme con SEA FROST, los
fabricantes de la nevera en EEUU para saber si pueden mandarme un compresor y
en que plazo. Quedo a la espera.
Giacomo nos prepara un plato de
pasta a le vongole (con almejas y botarga). Por la tarde Talín y Barry se van a
su respectivo hotel para “reposar” lo que hacemos nosotros también. Mariá
prepara comidas para estos días. Cuando vengan todos, nos
iremos a cenar de “tapas” esperando que Joaquín, se pueda incorporar en algún
lugar. Por la tarde hace un tiempo excelente ¡qué cosas!
La vista desde nuestro barco es preciosa tanto de día como
de noche.
Aunque por el otro lado estemos abiertos a la modernidad.
Paseamos por las estrechas calles de la ciudad, cuyos habitantes son multirraciales y multiculturales.
Las casas corrientes
guardan cierto encanto por su uniformidad. Recogemos a Joaquín y todos
juntos nos vamos de paseo. Cenamos en un sitio estupendo a base de carnes
variadas.
MARIÀ
Genova,por fin. Atracamos muy cerca del paseo marítimo, perfecto no habrá que caminar mucho para ir a los boliches.
Que pasada de ciudad, con un trazado de calles,
callejuelas, sotoportales, en alguna de ellas mis hombros tocan casi de pared a pared, una pasada,
palacios muchos de ellos bien conservados.
Por la noche vamos a cenar en un restaurante macelleria de
nombre marxala que te cocinan la carne al peso yo me pido un carpaccio con
rucula y grano padana y esta bueniiisimoooo.
Nos vamos al barco,
yo voy al boliche a wasapear y vuelve a caer la de san quintín, este junio está
más raro que un perro verde.
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