domingo, 31 de mayo de 2015

Fase-A - Día 14



Fin de mes. Toda la noche danzando. El barco no ha parado de moverse, menos mal que no hacía viento y las olas eran inapreciables, los tripulantes acunados por esa poderosa mano, han dormido plácidamente.

Hoy seguiremos ganando norte para acercarnos a nuestro destino. El libro de a bordo, ya está encima de la mesa, eso anuncia cambio de tripulantes, la tradicional sensación agridulce me invade. Por un lado pena por despedir a los que se van, por otro, alegría por recibir a los que se incorporan. En esta ocasión, el placer adicional de ver en la cena del día 2 a algunos tripulantes veteranos que este año no se embarcan. Pero como para eso todavía nos faltan dos días, pensemos en el presente.


Las anclas zarpan sin problemas y empezamos la navegación a motor rodeando el delta del Ebro hasta llegar al faro de Tortosa camino del fondeadero de l’Ampolla. Allí espero ¡por fin! botar nuestro chinchorro con todos los honores y ceremonial que se acostumbra al poner un barco en el mar por primera vez (la utilitaria del puerto de Valencia no cuenta).

 



















Durante el camino vemos un pez luna, que a pesar de ser bien grande debía ser un bebé.

Comemos unas judías pintas con beicon, especialidad de Marjo.

Llegamos a L’Ampolla y fondeamos en la punta del fango, ni siquiera aquí el ancla de arado engancha, tendré que pensar en una nueva…

La ceremonia de botadura transcurre sin los sobresaltos típicos: ¡EL BARCO FLOTA!, se le pone el nombre de CHINCHO, con el cual será conocido a partir de ahora.


 



 

Para cenar un delicioso CHATEVIN (mañana habrá explicación sobre este plato) que hizo las delicias de la tripulación, que aclamaron con un par de vueltas al barco “ruedo” a su creadora, la “marmitona” Sintry.




MARJO


QUE HONOR. He sido la Madrina del nuevo barco auxiliar del Raw Prawn que fue bautizado con el nombre de CHINCHO. Esta fue idea de Manuel y nos pareció a todos un nombre estupendo. Le echamos un chorrito generoso de Cava y el resto para la tripulación. Nos supo a poco. En mi discurso que preparé concienzudamente le he deseado a Chincho una larga vida, visitando muchos países distintos y conociendo a mucha gente de todo el mundo y sobre todo… ¡qué dure mucho!. Después Marcel dio una vuelta con Chincho alrededor del barco y un paseo (según la opinión de Sintry cortísimo) con ellos dos. Parece que todo funciona estupendamente.

sábado, 30 de mayo de 2015

Fase-A - Día 13



MARJO


Desde el barco tengo una preciosa vista sobre el bonito pueblo de Peñiscola. Su muralla, sus blancas casas y encima de todo el castillo. Amaneció un día precioso (veo que utilizo mucho la palabra “precioso/a” pero de verdad es una maravilla. Sé que estoy en Peñiscola pero esto también podía ser un pueblo de Italia o de Grecia. Los pueblos del Mediterraneo se parecen mucho. 

Todos han ido a dar una vuelta por el pueblo pero como dice Dani que todos los pueblos tienen la manía de poner los castillos en alto he preferido quedarme en el barco. 


La travesía fue otra vez una gozada. No me acuerdo haber navegado tanto a vela sin motor como en este viaje. Y esto que tenía un poco de miedo por las travesías largas pero menos una noche, todo ha sido de lo más tranquilo. ¿Será que me está cambiando la suerte? Y a partir de ahora Eduardo puede navegar otra vez conmigo sin miedo a que atraigo las tormentas, mal tiempo y mar movido? Me temo que es más bien Sintry que tiene buena suerte, como dice ella tiene “Baraca” (¿¿??)


La estancia en Valencia fue muy grata. Todos saben de mi afición a los puertos -el mejor sitio para un barco(¡!)- También que estuvo Juanjo y su inestimable ayuda en todo. La última noche fue muy divertido como demuestran las fotos y la caipiriña le salió a Juanjo como nunca. O tal vez era porque hacía mucho tiempo que no me tomaba una caipiriña.


Cuando vuelva el personal iremos a una calita a fondear, hacer una barbacoa y pasar la noche. Y tal vez mañana nos iremos a Tarragona. Marcel se equivocó en los días pensando que el día 1 era domingo y no, es lunes con lo que ganamos un día. Bueno, así compensamos un poco que a la ida de Smir a Valencia paramos sólo una vez y esto en Almería obligados. Ya veremos que viento tenemos y que podemos hacer.



MARCE


A 6,15, ya estábamos Manolo y yo esperando la salida del sol, para captar esas luces indescriptibles del alba. Luego dimos un paseo por el pueblo, sin nadie, todas las tiendas y restaurantes cerrados, éramos los únicos, junto con alguna estatua del Papa Luna, llamado Benedicto XIII.



 ¿Cuántos de estos candados ya no significan nada más que una chatarra?




Nuestro barco en el CLUB NÁUTICO local


Benedito XIII con la tiara


Imagen típica mediterránea

Antiguas garitas, hoy solo vigilan turistas













 











Volvemos al barco cargados de fotos, desayunamos y  menos Marjo, nos vamos de turistas. El castillo muy bien conservado, muestra la historia de esta fortaleza, desde la que un día un aragonés  rigió los destinos de la Iglesia Católica.



Esta es una panorámica espectacular de Manolo desde el castillo del puerto y la playa.



Salimos rumbo al delta del Ebro, concretamente al puerto de Casas de Alcanar. Una vez allí veremos si nos quedamos o vamos a fondear. Una última mirada a la península rocosa.


Navegación plácida, con poco viento, sol y mar llano. Cerveza en mano y crema en el cuerpo. Algunas… se regodean pensando en la vuelta, lucir un color para envidiar.

Llegamos al puerto de Casas de Alcanar, damos una vuelta por el puerto y decidimos fondear en las proximidades. Andrea comprueba el fondeo, picoteamos un poco.


Después de comer y la siesta, tenemos la intención de sacar el dingui, acoplar el motor, comprobar que todo funciona. Un barco debe ser bautizado con cava, como romper la botella sobre un casco hinchable no es posible, decidimos verter el líquido sobre su cubierta, nombramos madrina a Marjo que a partir de ahora será la que cuidará que no se separe del buen camino.

Lamentablemente una tormenta se cierne sobre nosotros y empieza a llover, aconseja posponer la botadura. Lo malo es que como siga, se nos va a estropear también la barbacoa. Finalmente pudimos encenderla y cocinarla, eso si, con un buen meneo, atravesados al mar. Cenamos en el salón, ya que hacía fresco.

Las copas sin embargo las tomamos en la bañera disfrutando de la puesta de sol.






MICHE 

diario de un principiante (8)

Ya estamos de nuevo en camino. Hemos tenido un trayecto Valencia-Peñíscola calmado y soleado y, después de dormir y  visitar el castillo del Papa Luna, vamos en busca de un lugar para fondear, rumbo a Areyns de Mar. La mar está en calma y después de un buen rato de tomar el sol en cubierta me he venido al camarote a escribir estas líneas.


Lo más destacable de la parada en Valencia ha sido el hormiguillo que nos estaba entrando a todos de continuar viaje. La estancia en la Marina Rey Juan Carlos era grata y cómoda, pero según iba alargándose, daba la impresión de que algo faltaba. Ahora que lo hemos recuperado sabemos lo que es: la sensación de viajeros en marcha.


Desde que nuestra especie bajó de los árboles, los humanos nos hemos agrupado para viajar. Hablo de viajar en serio, de explorar nuevos territorios, encontrar nuevos recursos, cumplir el mandato bíblico de “id, y llenad la Tierra”. El viaje en grupo puede hacerse en caravanas de camellos, carromatos de bueyes o, como no, en barco. Durante el trayecto, el grupo y el medio de transporte acaban identificándose entre sí, lo que es especialmente cierto en el caso de los barcos. En nuestro caso, esa identificación es lo que echábamos de menos, e incluso  temíamos que se fuera diluyendo en nuestra espera valenciana de la nueva pieza del motor.

Creo que fue por eso que hicimos una pequeña fiesta de despedida/partida la noche antes de salir, con caipiriña y todo. Estábamos contentos de recuperar la actividad en grupo a bordo. “Nuestro” barco ya estaba en marcha otra vez. Así debían ser las cosas. 


La visita al castillo de Peñíscola lo confirmó. El encanto de la llegada al puerto por la noche, y el de despertarse rodeados de la histórica ciudad bajo un espléndido sol matutino, lo habíamos sentido todos juntos. Juntos salimos a ver la ciudad muy temprano y llegamos al castillo antes de que abriese el monumento o se instalasen los puestos de venta para turistas. Nosotros no éramos turistas. Nuestro grupo era otra cosa.

¿Qué éramos? ¿qué somos? Una tripulación que empieza a compenetrarse entre sí y con su barco. Ayer tuvimos un excelente largo, con buen viento, buen mar y sin motor; quién más, quien menos,  estaba satisfecho del buen trimado de las velas, del deslizarse del barco frente a la costa, bien afinado. Hemos mejorado, desde el primer día. El mérito es, por supuesto, de los veteranos; pero los novatos ponemos también nuestro granito de arena. Y la evolución es reconfortante para todos.


Marce ha usado en varias ocasiones la expresión “nómadas” para referirse al tipo de personas  que gustan de expediciones como la que estamos haciendo. Y algo de eso hay. Son gente que ha nacido bajo una estrella errante, como Clint Eastwood en “La leyenda de la ciudad sin nombre”.  Compartir de algún modo algo de ese espíritu es muy estimulante. 

Además, estos días de buen tiempo son una maravilla.  Esperamos ilusionados la experiencia del fondeo en alguna cala recogida, sólo para nosotros. Mientras tanto, estos párrafos recién hilvanados  son mi forma de compartir el desarrollo de un viaje muy especial.

¡Hasta la próxima!





MANOLO


El tiempo parece favorecernos y en este recorrido de Valencia a Peñiscola fue todo lo que se puede pedir para hacer el viaje placentero.

Llegamos a Peñiscola ya de noche cerrada y atracamos en el pantalán del club náutico de la Ciudad, pasando la noche cómodamente y antes de la 6.00 ya estaba de pie para fotografiar el amanecer con el castillo de fondo. A este safari se une Marce y después de las correspondientes fotos del sol damos un tour por el pueblo fotografiando todos sus rincones, regresando al barco para nuestro familiar desayuno que una vez terminado dio paso a un paseo en grupo visitando el Castillo. Una vez regresado al Raw Prawn se soltaron amarras dando por terminada esta visita a este bonito pueblo.


Después de una buena navegación llegamos a Casa de Alcanar donde realizamos nuestro primer fondeo tocándome el cometido de fondear el ancla para pasar el resto de la tarde en este lugar, la tarde se estropea por una pequeña tormenta y el Patrón desiste de realizar el bautismo del Dingui dejándolo para mañana.




SINTRY


Hola a todos, estos días han pasado un montón de cosas y todas buenas. 
La primera es que desde el día 26 y con la ayuda DE Juanjo SE SOLUCIONARON LOS PROBLEMAS DEL BAÑO DE POPA y Miche (no sabemos cómo) resolvió el problema del de Proa con lo que la vida se ha recompuesto mucho. La vida en le barco sigue su curso, entre bromas y risas cada día somos más una familia de “locos nómadas marinos”.   

Ayer llegamos por la noche a Peñíscola (esto ya lo han contado todos los demás y ya lo sabéis), pero seguro que no han dicho que hemos desayunado con el Papa Luna, un tipo curioso y con cara de mal café, miedo da os lo garantizo. La verdad es que al contemplar esta fortaleza de los templarios uno puede trasladarse al siglo XII y revivir un Mediterráneo diferente al de hoy, pero igual de azul y de hermoso.   
El tiempo pasa demasiado de prisa y mi bautizo marino desgraciadamente llega a su fin. En breve tendré que ponerme los zapatos, las medias y el traje de chaqueta para volver al rol de profesora. No sé si podré resistirlo. Me planteo convertirme en la famosa rata que vivió en el Raw Praw (véase viejas historias de las tripulaciones) hace unos años e instalarme a vivir entre las cuadernas y continuar en esta aventura. En fin no será posible (abulto demasiado para convertirme en rata) y además ya se sabe “NO SIEMPRE ES POSIBLE LO QUE SE QUIERE”.

viernes, 29 de mayo de 2015

Fase-A - Día 12



Pensamos qué opción tomar, entre salir a las cuatro e ir directamente a Peñíscola o salir antes y fondear en algún sitio. Optamos por esta segunda.

Lamentablemente el MAXSEA se desconfigura, pero con las enseñanzas de Juanjo conseguimos corregirlo, o al menos eso parece.

Todas las pruebas se harán en el mar, confío no tener que volver.

A las 11 abandonamos este puerto tan magnífico en todos los sentidos.

Nada más salir del amarre, nos damos cuenta del empuje mucho mayor, no entra agua por la bocina; parece que todo funciona.

Para hacer la “inauguración” perfecta un viento de través nos propulsa suavemente sin motor y un sol suave nos permite asolearnos sin achicharrarnos ¡esto parece, al fin, navegación de placer! La “Marinera Sintry” asciende a timonel.



Este es el mail que mandaré a todos los tripulantes de este año:



Queridos amigos tripulantes del 2015:
Seguramente la mayoría de vosotros tendréis noticia del percance que nos ha retenido en el puerto de Valencia durante cinco días.

En el trayecto de Smir a Almería detectamos que la marcha avante, no entraba  bien, por lo que en Valencia decidía cambiarla por una nueva, lo que era más rápido y seguro que arreglar la vieja.

Para ello teníamos que tener una “doble suerte”

  • Que existiera en stok en España
  • Que hubiera un mecánico capacitado para desmontar una y montar la otra.

Afortunadamente conseguimos el premio gordo de esta lotería, aunque al final nos diéramos cuenta que “no es oro todo lo que reluce”. Al ir a montar la nueva nos dimos cuenta que la corona que acopla con el motor era mas grande que el nuestro. La chica se había equivocado en una letra. Otra vez se plantearon dos opciones: 
  • Enviar la caja de vuelta y esperar la correcta
  • Desmontar la corona de la vieja y ponerla en la nueva cambiando también unas bandas de rodadura.


Para no perder tiempo y al mecánico de vista, decidí la segunda, previa llamada al distribuidor para certificar que la garantía se mantenía.



Llevamos un par de horas de motor y parece que todo va correcto y que la hélice empuja más que antes. Por tanto parece que la reparación es correcta.



El mecánico arregló la alimentación de combustible, que cogía aire y se apagaba, tenía roto el decantador, que se puenteó.



Cambiamos el retrete de proa completo, incluyendo el interruptor y todas las tuberías, ahora “traga” que es una delicia.



Desmontamos todos los winches, ahora van suaves.



Se retimbraron las botellas, que ahora pueden ser recargadas en cualquier sitio.



Subimos a bordo el flamante AUXILIAR DEL RAW PRAWN, es un poco más largo que el anterior y con bordo más alto, os diré mis impresiones cuando naveguemos en él, pero a priori, iremos en él “algo” más cómodos que en el viejo. Ya no habrá dos tripulantes dedicados. Uno a hinchar y otro a achicar.



En definitiva, a pesar de los problemas que siempre vienen mal, han llegado en el mejor momento y en el mejor sitio. Como complemento importantísimo contamos con la ayuda de Juanjo, tanto en el aspecto técnico, como por ser local conocer sitios y personas y poner su coche a nuestra disposición.



Ahora navegamos hacia Aryns de Mar, donde espero llegar el día 1, para el 2 cambiar la veleta y otras reparaciones menores. Allí tendremos una cena con todos los barceloneses que quieran más Josu y Maite que vienen de Bilbao. Si alguien quiere apuntarse, que se ponga en contacto con Mariá.



Como veis el viaje sigue su curso y al igual que otros años, confío en llegar puntual a todos los relevos, pero eso depende de la mano caprichosa de los dioses, que gustan jugar con los humanos.



Todo lo que acontece se va publicando en el BLOG, CUADERNO DE BITÁCORA.



Con mis mejores deseos, recibir un fuerte abrazo de vuestro amigo y patrón Marcelino.




Aprovechando la bonanza, Sintry y Miche se hacen unas fotos “PESCANOVA” para bromas con su familia.


 















Hemos seguido a pura vela hasta las 18 horas, en que amaina y tenemos que poner también el motor. Intentaremos ir al puerto de  Peñíscola, aunque de este modo, queda descartada la primera barbacoa de la temporada. A cambio veremos la ciudad con la luz del amanecer y podremos pasear por sus empinadas calles sin los visitantes sabatinos.



Cruzamos el meridiano  de Greenwich, y al atardecer las montañas se recortan sucesivamente las unas a las otras.


  

Y mis barquitos/recuerdos de tantos lugares visitados, navegan recordando sus lugares de origen. Vendrán otros a complementar la flota.



Llegamos al puerto de Peñíscola a las 12,30, amarramos en un buen lugar, nos hacemos la foto con el castillo del Papa Luna detrás y nos vamos a la cama. 
Mañana será la visita turística.