sábado, 6 de junio de 2015

Fase-B - Día 5




A las 10,30 abandonamos el fondeadero rumbo a Marsella. Nos recibe un mar picado con viento de ceñida, la previsión es de vientos cambiantes de poca intensidad.
El viento sigue en contra vamos dando bordos y avanzando poco, tenemos tiempo para encapillar cabos, poner la trinqueta, hacer nudos y otras tareas de la navegación.

Tal vez sea el momento de hablar algo sobre Marsella:

Orgullosa de sus 2.600 años de historia, Marsella siempre ha sabido combinar la cultura occidental con la oriental, Europa con África. Es un impresionante melting-pot mediterráneo cuyos mejores exponentes son el emblemático Puerto Viejo, corazón de la ciudad; el Panier y sus calles meridionales; los mercados de Noailles, un auténtico zoco a cielo abierto; la Canebière, la calle comercial; la Corniche de las lujosas villas con vistas al mar, y las minúsculas calas que surgen por sorpresa al final de una calle cualquiera.
 

Fue fundada por los foceos, en su magnífica rada se acumulan restos arqueológicos de todo tipo, a pesar de la búsqueda y encuentro de muchos de ellos, nunca se llegará a sacar el total.

Seguramente llegaremos al PORT DE POMÈGES, en la isla del mismo nombre. Era un antiguo puerto tallado en la roca, donde todavía se pueden apreciar sus restos, luego fue un puerto de cuarentena para los barcos procedentes de África y Asia.
Pasaremos por el castillo D’If Tiene un castillo famoso donde Alejandro Dumas situó la prisión de su protagonista EL CONDE DE MONTECRISTO.
Si tenemos suerte llegaremos a PUERTO VIEJO, uno de los mas antiguos de Francia. Caso contrario tendremos que buscarnos otro en las proximidades.

Lo peor es que hemos tenido que desmontar todas las tuberías del retrete de proa, ya que estaban cristalizadas y una capa de piedra se había formado en su interior. Nos costó mucho sacarlas, una vez limpias (a martillazos y con agua del mar arrastrándolas desde le barco) las volvimos a montar; eso fue todavía mas costoso que sacarlas. Finalmente todo quedó bien, veremos cuanto dura.
ES IMPRESCINDIBLE BOMBEAR AL MENOS 15 VECES DESPUÉS DE UTILIZARLO.

La noche transcurre plácida y podemos avanzar a nuestro ritmo previsto. Hemos sido afortunados con el “temible” Golfo de León, ni el MISTRAL ni la TRAMONTANA, nos han castigado.


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