Toda la noche
sin motor, con vientos portantes, sin embargo el mar empezó a montarse y la ola
movía bastante el barco, con esos movimientos se rompió el arraigo de la contra,
que hubo que reparar de circunstancias.
Divisamos
Génova a las siete. A las ocho estamos amarrados en el puerto viejo. Entrando
divisamos el malhadado COSTA CONCORDIA, que están desguazando.
Después de
poner 148 litros de combustible finalmente amarramos cerca del acuario, en el
centro de la ciudad vieja.
Cuando vuelvo
de hacer los trámites de la capitanía, Barry ya está en el barco, por esas
casualidades de la vida, nos ha visto llegar. Comemos algo y vamos a dar una
vuelta por la ciudad y comprar la cena.
Palacios que
testimonian la importancia de la que llegó a ser una importante república
naval, catedrales de estilo pisano, alternan franjas de mármol negro y blanco.
Puertas poderosas que guardaban la ciudad, donde también hay calles estrechas
donde la vida bulle. Y la bolsa donde se comerciaba con riquezas de todo el
mundo. En definitiva la capital de LIGURIA se muestra en todo su esplendor
pasado y presente, con esa mezcla tan italiana de grandeza y miseria sabiamente
mezcladas para dar un resultado humano.
A la hora de
cenar coincidimos todos y Barry quién se une al grupo con su habitual
disposición y simpatía, es el momento de contar historias y empezar a pensar en
las despedidas. Mañana se marchan Marjo y Andrea, pasado Talín y Giacomo, serán
sustituidos por Alfonso, Clarisa, Cristina y Joaquín. La fase C comenzará
entonces.
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