miércoles, 13 de mayo de 2015

Preliminares - Día 7



Ayer miré el GRIB, el pronóstico es bueno hasta el domingo (último día), que parece que entra LEVANTE, en otra página (de predicción mas lejana) dice que a partir del martes habrá poniente suave) ¿será verdad? Poco a poco se irán desvelando las intenciones de Eolo.



Anoche mientras tomábamos el gintonic preceptivo, vino un francés bastante alterado diciendo que se le estaba inundando el barco; no le pudimos prestar ayuda, ya que no íbamos a desmontar las bombas de achique nuestras. Le recomendé que buscara al vigilante nocturno y que él llamara al jefe del astillero que seguramente podría ayudarle. Al cabo de un momento volvió para pedirme un cable eléctrico largo, saqué mis 50 metros de “emergencia” fui con él. Pudimos conectar una bomba de 220 V, que sacan gran cantidad de agua, pero ¡oh sorpresa, era dulce! La explicación es que quisieron llenar los tanques de agua y se olvidaron la manguera. ¡Menos mal que se quedó en un susto!



Espero que hoy vengan para reparar la fisura del timón, tanto en la pala como otra pequeña en el casco y pueda abrir la tuerca de la mecha y rellenarla con la grasa que me trajo Bob de USA.


Supongo que también quedarán terminados los trabajos de mecánica y electricidad del motor. El cambio de aceite, debe hacerse en el mar, ya que hay que arrancar el motor, removerlo bien para que se vayan todos los posos.

Pintaré la hélice con dos productos que me ha regalado mi amigo portugués para que no se le peguen escaramujos o algas.


Vamos el día de trabajo “normal”. Como siempre cruzo los dedos y voy respirando a medida que al menos lo importante se va resolviendo, si podemos barnizar el suelo del salón algún día, bien; si no se hace, no pasa nada.



Todo ha ido bien:

  •  Pala del timón arreglada la fisura
  • Cambiados y limpiados filtros de agua y gas-oil
  • Limpiado y engrasado el motor de arranque
  • Fijados los nuevos tornillos de la chumacera.
  • Sujetado bien el segundo alternador que vibraba
  • Soldada la nueva pletina de la escalera de baño, para sustituir la perdida
  • Arreglado el fregadero que tenía un poro y caía agua abajo
  • Lavadas las mangueras de luz y agua
  • Pintadas las maderas con la primera capa de barniz
  • Instalada (a medias) la capota reparada



Total que el barco está en su punto máximo de desorden, confío que a partir de ahora poco a poco vuelva a ser un barco habitable. Menos mal que la tripulación se lo toma con calma y acepta todas estas tribulaciones con humor y entereza, todavía no hay rebelión a bordo.


 
















La salida al pueblo supone un cambio de escenario muy conveniente. La ducha, cambiarse de ropa, coger el coche y cenar, es una aliciente.



Por la noche una última charla hasta que se nos cierran los ojos.





SINTRY


Hola a todos, estamos aquí los cuatro jinetes de la Apocalipsis. Las cosas no pueden ir mejor, el Patrón sabe mandar y eso se nota, las cosas van sobre ruedas (es decir encima de los andamios). (Paro un minuto que me pasan la primera cerveza de la tarde y eso es lo más importante después de la ducha y con la sensación del deber cumplido, es decir, del trabajo hecho).  Retomo lo que estaba contando, la cosa aunque va de duro trabajo es divertida y reconfortante. Hay que venir y  hacer esta revolución cultural a la cubana, para poder disfrutar después del viaje en toda su plenitud. Marjo y yo lo recomendamos de corazón. Por lo demás la vida en este pequeño entorno sigue feliz y esperanzada en el futuro.

Mañana será otro día. Buenas tardes-noches.



MICHE
 

Nos estamos amarinando a pasos agigantados. Ya tenemos una anécdota de casi hundimiento cercano, de un barco vecino. Anoche llegó el patrón de otra embarcación pidiendo un bomba de achique portátil, porque se le estaba inundando su embarcación, otro velero algo más pequeño que el Raw Prawn. No teníamos, pero le facilitamos un cable eléctrico largo que también necesitaban. Inmediatamente comenzaron las conversaciones sobre barcos hundidos en el puerto, y todos recordábamos alguna. Éste al final no se hundió: la inundación la producía la manguera de agua potable, que se había dejado abierta tras llenar el depósito y estaba desbordando. 
Moraleja: cuando se te inunde el barco, prueba el sabor del agua, para tener la seguridad de que es agua salada, que, por cierto, es lo normal.

Por lo demás entretenimiento no nos falta. Hoy he tenido un trabajo “regalado”: lijar la regala (je, je: es un chiste). 
He dicho antes que esto de arranchar el barco es la mejor forma de conocerlo, y es la pura verdad: a medida que avanzaba, y movía unos u otros equipos, la historia del barco saltaba a mi vista: tres anclas, dos a proa y una a popa, me recordaron que la navegación de altura requiere valerte por tus propios medios; trozos de cabo cortados y dejados aquí y allá,  rememoraban operaciones -¿provisionales?- de otros viajes. Los soportes de las cañas de pescar atunes parecían estar pidiendo uso; y así sucesivamente: la plancha de acceso por popa (un tablón); el viejo Dinghi; la bombonas de butano; y tantas otras cosas que tuvieron que dejar paso a mi lijadora, iban despertando de su reposo invernal y haciéndose presentes ante un curioso impertinente. El barco parece despertar y estirarse un poco, al tiempo que le lavamos la cara.

Estamos en Marruecos. El pueblo cercano M`diq (pronúnciese Mínic) tiene una gran playa, un buen mercado de pescados y un incipiente desarrollo turístico, con paseo marítimo incluido. Para Marce es como su segunda casa: va saludando a la gente y conoce a todos los proveedores. Los atardeceres son agradables, y las cenas magníficas, con pescados recién traídos, y ensaladas de productos locales. Hemos cenado todos los días al aire libre, saboreando lo bien que sienta sentarse (lo siento: “sienta sentarse”; sencillamente, salió un simple juego de palabras).
Será mejor que lo deje. ¡Hasta mañana, que será mi cumpleaños!
 


No hay comentarios:

Publicar un comentario