miércoles, 20 de mayo de 2015

Fase-A - Día 3



El pronóstico de levante es de al menos tres días, por lo que tendremos tiempo de hacer las reparaciones necesarias y reponernos un poco nosotros, ya que la noche ha sido “movidita”. Los nuevos se han portado muy bien, ha sido un bautismo variado, bueno al principio y malo después. Ahora ya conocen las dos caras de esta moneda.

Después de hacer las formalidades del puerto y arranchar un poco el barco, me voy a ADUANAS, para tratar de informarme de algo para dejar el barco en septiembre en ALMERIMAR ¡vano intento! Nadie quiere saber nada y los unos le echan la pelota a los otros, se ve que menos para colocarte multas, nadie es competente.


Comemos de restos de estos días y nos echamos una buena siesta, después buceo para ver cómo está la hélice del cabo enganchado, afortunadamente todo parece estar bien, ahora comprobaré que entran bien las marchas.

Las chicas se van a comprar a un super cercano, yo me quedo redactando la crónica, en definitiva, cada uno hace sus tareas. Miramos el pronóstico meteo en distintos portales, parece que mañana podremos salir, lo comprobaremos antes.

He contactado con Carlos y Jesús ¡mis primeros tripulantes del año 2008! Ambos almerienses. Con quienes he seguido teniendo contacto desde entonces, me hace mucha ilusión volver a verles.
Al llegar las efusiones de quienes se aprecian y hace tiempo que no se ven, presentaciones, anécdotas, puesta al día de sus actividades, proyectos y… comento lo del dingui nuevo, ¡les hace tanta falta a ellos el viejo para la pesca submarina, que se lo regalo! Están tan ilusionados, que me parece el mejor destino para el veterano dingui.
 



Nos vamos a tomar unas tapas, que en realidad con dos, hemos cenado opíparamente por seis euros cada uno; En esta ciudad se vive bien por poco dinero.

Volvemos al barco directamente a dormir.




MARJO


Vaya viaje desde Smir a Almeria. En principio fue una gozada. El viento en popa e íbamos sólo a vela. Pero para que no nos acostumbrásemos, el viento roló y se puso a proa. Y vaya noche que pasamos!!! El barco no paró de moverse y nadie podía dormir. Lo que peor lo llevaron por supuesto fueron Marcel y Andrea. Pero una vez en Almería y después de una ducha caliente la vida tiene otro color y una siesta reparadora hace milagros.


Por la noche cenamos estupendamente en un bar con Jesús y Carlos. Realmente no lo llaman “cenar” sino tapear. Donde se ha visto que por 2.90 se toma una cerveza con una “tapa” que consiste por ejemplo en varios trozos de solomillo de cerdo en salsa de queso con patatas fritas, alas de pollo con patatas, entrecot con patatas etc. 
No sé como lo hacen pero según Jesus y Carlos como tienen tanto público compran barato y así pueden poner estos precios. Estábamos decididos Sintry y yo de volver mañana pero nuestro gozo en un pozo. Parece ser que mañana ya nos vamos. Dónde ha quedado que por lo menos 2 o 3 días teníamos que quedarnos en Almeria??? 
A ver si esta vez sí tenemos suerte y pasamos el cabo de Gata!!





MICHE


Esto no es un diario, no está escrito todos los días. Es una sucesión de impresiones recibidas día a día, noche a noche. Desde luego, las de la noche son mucho más novedosas. Las noches en la ciudad están sumergidas en luz artificial, y las de la rutina  “trabajo-descanso” repletas de monotonía, presidida por la televisión. Las del barco son completamente distintas.

             
El cielo estrellado, con el barco oscurecido para facilitar la visión nocturna, es una toda una experiencia. Si, además, se contempla estando de guardia, en silencio, con dos horas por delante, puede dejarse entrar lentamente en la conciencia, con todos sus matices de grandiosidad y nuevas dimensiones de las cosas. No se trata de “ver” las estrellas, sino de estar debajo de la bóveda celestial, como un punto oscuro entre miles de puntos brillantes. En la televisión no se ven de esta manera.

             
Hace días que no vemos un anuncio. Ni un rótulo luminoso, ni una valla publicitaria, ni un “spot” de televisión. Nadie trata de vendernos cosas desde que salimos de Smir, y allí lo hacían de otra manera, en el zoco, en el mercado de pescados, insistente y directamente. Eso pone de relieve el carácter comercial de nuestra civilización,  que destaca cuando te alejas unas millas náuticas de ella.

             
La primera vez que navegas como lo estamos haciendo, prima sobre todo el carácter exploratorio, de descubrimiento, de las rutas marítimas. Luego, más tarde, se harán comerciales; pero en sus inicios, así ha sido en todos los tiempos. No es malo que así sea y ,en estos momentos, lo preferimos.

             
El descubrimiento de la propia torpeza es., también, una experiencia particular. Sucede cada vez que sales de tus rutinas habituales, pero en un barco es mucho más notable. Por haber colocado una rodilla donde no debía, paré el motor del barco. Todo el mundo se sobresaltó al dejar de oír su ruido. Nuestro patrón no tardó un minuto en volver a arrancarlo, tras un momento de intranquilidad para todos. Una torpeza con repercusiones sobre la comunidad, aunque sea pequeña, no se tiene todos los días.

             
En navegación hemos tenido de todo, buen tiempo y mal tiempo; viento a favor y viento en contra; delfines de acompañamiento, barcos que se cruzan, y hasta un cambio de planes para llegar a puerto y esperar a que cambien las condiciones. La experiencia de los primeros dos días ha sido intensa y el viaje está siendo apasionante.  Cansa, pero apasiona. 


¡Hasta la próxima!




MANOLO


Intentare expresar mis experiencias personales y por supuesto de grupo desde mi perspectiva.

            
Empiezo mi viaje con el no funcionamiento del despertador con lo cual pierdo el primer barco de Algeciras a Ceuta, pero salvado este contratiempo todo se arregla y solo llego una hora y media tarde que unido a la hora de diferencia con Marruecos y el retraso del paso de la frontera por Marcelino llegamos casi a la vez.

  
Después de llegar a Smir con un taxi que se desarmaba conocí al resto de la tripulación que no conocía, bueno a Andrea, la parte internacional de la misma que es la única que faltaba. El barco ya lo tenían preparado  y listo para salir a navegar, con lo cual una vez solventados los problemas burocráticos a la 18.00 horas locales.

            
El patrón pone rumbo directo hacia cabo de Gata y en la primera parte del viaje había un poco de mar de fondo que nos daba del través y fue un poco incómodo. 
Ya al amanecer del segundo día se izó la Génova con lo que el barco se asentó y la navegación mejoro mucho y sobre todo cuando se subió la mayor y el viento de popa nos hacía casi volar, lo que buscábamos ya que la intención era llegar al cabo antes del cambio de viento, que según las previsiones seria a las 19.00 lo cual fue imposible y nos encontramos llegando justo cuando entro de golpe el levante y es cuando la mar dijo aquí estoy yo y tras varios intentos, a las 03.00, el Patrón dio la orden de que no dirigiéramos a puerto en el cual entramos a primera hora después de tener el incidente del motor que después se descubrió que fue una driza nuestra que se fue al agua y engancho la hélice, y por la tarde Marcelino se metió al agua retirando los restos del cabo quedando por el momento el problema resuelto hasta que se pruebe.

            
Dedicamos el día a descansar y sobre todo la mañana a dormir después de la larga y dura noche de navegación  con lo cual se empezaron a entrelazar los sentimientos y signos de reconocimiento personal hacia los compañeros de viaje, por sus valías personales demostradas en los momentos duros.

            
Por la tarde tras preparar el barco cambiando alguna vela y acomodando las que se quedaban recibimos la visita de dos navegantes del RAW PRAW en su primera navegación que tras conocernos y bajar a tierra del Dingui el cual quedó plasmado en un reportaje fotográfico del acto protocolario de la entrega.


             
Después de ver las opciones del tiempo para el día siguiente el Patrón nos dijo que si se mantenían las previsiones saldríamos entre las 9.00 y 10.00 de mañana día 21, con esta buena noticia y los deberes terminados nos marchamos toda la tripulación, más los dos invitados a cenar de tapeo por Almería.



JESÚS

           

Madre mia… ni tengo palabras para describir que siento ahora mismo aquí sentado, otra vez, otra vez la misma sensación de emoción, otra vez los mismos nervios cuando veo el Raw Prawn a lo lejos, como si fuese la primera vez, otra vez ansioso por volver conocer, reconocer o simplemente ver a Marcelino, sí, otra vez. 
Parece que el tiempo ha pasado por todos menos por el Raw Prawn y por él. El mismo olor al subir a bordo, que te lleva a volver a soñar despierto, otra vez, como siempre o como nunca. Pero esta vez Marcelino nos tenía preparada otra sorpresa, no contento con ser el padre que terminó de inyectarnos el veneno de la aventura y de cumplir con unos de mis grandes sueños hace ya, me dijeron ayer que 7 años, ayer, vuelve, otra vez, sí otra vez y las que quedan, a cumplir otro gran sueño, Marcelino en un ataque de generosidad decide regalarnos el dingui, el chinchorro, esa zodiac de proa, ese sueño que se convierte en la primera cosa que flota que podremos patronear… entiendo que quien vea esto no sepa lo que ello significa para mi, pero no solo es tener un pequeño botecito para salir a pescar, es toda la historia que tiene detrás, ese bote es parte viva del Raw Prawn, es Marcelino, es nuestros pequeños desembarcos en playas inaccesibles, es nuestra vida, nuestra promesa de sacar ese chinchorro adelante para darle una segunda oportunidad y que siga dando alegrías, vivencias, recuerdos y por qué no decirlo, pescaicos, que siiiiiii…. Que mandaremos una caja de lubinas. 


Así que gracias, gracias querido Patrón, por ser como tu dijiste ayer “parte del pasado, parte del presente y del futuro” por lo menos de mi vida. 
Gracias por otra lección magistral de vida, de forma de entender el mundo, de amistades que no cambian… en fín… un maestro de vida, resumiendo: Gracias por ser así.


No contamos con mucho tiempo para conocer a fondo al resto de la tripulación, pero se auguran grandes mares, buenos vientos y os lo aseguro, una experiencia vital que no podréis olvidar jamás, e iluminará vuestra cara y mente cada vez que os venga al recuerdo lo que aquí va a pasar.


Os deseo lo mejor,

Buenos vientos y mente abierta para captar todo lo que venga por venir.




CARLOS



Leo lo que escribí hace siete años y me doy cuenta que lo único que no ha cambiado son las preguntas, las incognitas, los signos de interrogación, que como hace siete años siguen volando por mi cabeza. 
Hace siete años estaba todo por vivir, todo por lo que luchar, tantas aventuras sueños e historias aun no comenzadas, y el Raw Prawn fue la primera. Fue una de aquellas aventuras que aquel joven afrontaba con valor y con ansias de descubrir, unas ganas infinitas que no daban lugar al miedo ni a la duda. 

El Raw Prawn fue una de esas ofertas que no puedes rechazar, que la vida te pone ante las narices para ver si tienes el valor de reconocerlas. Y lo hicimos, y nos fuimos, sin miedo a vivir y el resultado fue una de esas cosas que al mirar atrás es como mirar a un abismo. De un lado el precipicio del pasado, del otro el precipicio del futuro y tu sosteniéndote en la delgada línea del presente pensando hacia donde saltar. Esa la constante en la vida de cualquier persona, solo que en mi vida, quizá en la de algunos de los que estuvimos allí, la vista es mas impresionante, mas intimidadora, el vació mas imponente. Y a veces tienes miedo a volver a saltar y a volar. Pero he vivido como un pájaro hasta ahora, durante todos estos años, demostrándome a mi mismo que siempre que salté al final me las apañe para volar y aterrizar al menos vivo. Asi que estoy condenado a seguir haciéndolo igual. 
Uno de aquellos vuelos, que por su altura y por ser de los primeros será por siempre inolvidable fue a bordo de este barco de la mano de nuestro eterno patrón. Aquel hombre de corazón puro que con amor y paciencia consiguió transmitir a aquellos chavales todo lo que sabia, “de la mejor manera posible”.

Desde el filo del abismo yo volveré a saltar a ver que nuevos paisajes veo y que seres alados me acompañan. Y el único aviso que le daría a futuros navengantes es venid y probad, saltar al vacío sin miedo y con el corazón por delante, y todo saldrá bien. Que sepan reconocer el tesoro que encierran este barco y su capitán y lo cuiden para siempre, es todo lo que nos queda.


A la vida, a mis compañeros de viaje, y a ti capitán. 
Gracias.

 

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