Pensamos qué
opción tomar, entre salir a las cuatro e ir directamente a Peñíscola o salir
antes y fondear en algún sitio. Optamos por esta segunda.
Lamentablemente
el MAXSEA se desconfigura, pero con las enseñanzas de Juanjo conseguimos
corregirlo, o al menos eso parece.
Todas las
pruebas se harán en el mar, confío no tener que volver.
A las 11
abandonamos este puerto tan magnífico en todos los sentidos.
Nada más salir
del amarre, nos damos cuenta del empuje mucho mayor, no entra agua por la
bocina; parece que todo funciona.
Para hacer la
“inauguración” perfecta un viento de través nos propulsa suavemente sin motor y
un sol suave nos permite asolearnos sin achicharrarnos ¡esto parece, al fin,
navegación de placer! La “Marinera Sintry” asciende a timonel.
Este es el
mail que mandaré a todos los tripulantes de este año:
Queridos amigos
tripulantes del 2015:
Seguramente la mayoría de vosotros tendréis noticia del percance que nos ha retenido en el puerto de Valencia durante cinco días.
Seguramente la mayoría de vosotros tendréis noticia del percance que nos ha retenido en el puerto de Valencia durante cinco días.
En el trayecto de Smir
a Almería detectamos que la marcha avante, no entraba bien, por lo que en Valencia decidía
cambiarla por una nueva, lo que era más rápido y seguro que arreglar la vieja.
Para ello teníamos que
tener una “doble suerte”
- Que existiera en stok en España
- Que hubiera un mecánico capacitado para desmontar una y montar la otra.
Afortunadamente
conseguimos el premio gordo de esta lotería, aunque al final nos diéramos
cuenta que “no es oro todo lo que reluce”. Al ir a montar la nueva nos dimos
cuenta que la corona que acopla con el motor era mas grande que el nuestro. La
chica se había equivocado en una letra. Otra vez se plantearon dos opciones:
- Enviar la caja de vuelta y esperar la correcta
- Desmontar la corona de la vieja y ponerla en la nueva cambiando también unas bandas de rodadura.
Para no perder tiempo
y al mecánico de vista, decidí la segunda, previa llamada al distribuidor para
certificar que la garantía se mantenía.
Llevamos un par de
horas de motor y parece que todo va correcto y que la hélice empuja más que
antes. Por tanto parece que la reparación es correcta.
El mecánico arregló la
alimentación de combustible, que cogía aire y se apagaba, tenía roto el
decantador, que se puenteó.
Cambiamos el retrete
de proa completo, incluyendo el interruptor y todas las tuberías, ahora “traga”
que es una delicia.
Desmontamos todos los
winches, ahora van suaves.
Se retimbraron las
botellas, que ahora pueden ser recargadas en cualquier sitio.
Subimos a bordo el
flamante AUXILIAR DEL RAW PRAWN, es un poco más largo que el anterior y con
bordo más alto, os diré mis impresiones cuando naveguemos en él, pero a priori,
iremos en él “algo” más cómodos que en el viejo. Ya no habrá dos tripulantes
dedicados. Uno a hinchar y otro a achicar.
En definitiva, a pesar
de los problemas que siempre vienen mal, han llegado en el mejor momento y en
el mejor sitio. Como complemento importantísimo contamos con la ayuda de
Juanjo, tanto en el aspecto técnico, como por ser local conocer sitios y
personas y poner su coche a nuestra disposición.
Ahora navegamos hacia
Aryns de Mar, donde espero llegar el día 1, para el 2 cambiar la veleta y otras
reparaciones menores. Allí tendremos una cena con todos los barceloneses que
quieran más Josu y Maite que vienen de Bilbao. Si alguien quiere apuntarse, que
se ponga en contacto con Mariá.
Como veis el viaje
sigue su curso y al igual que otros años, confío en llegar puntual a todos los
relevos, pero eso depende de la mano caprichosa de los dioses, que gustan jugar
con los humanos.
Todo lo que acontece
se va publicando en el BLOG, CUADERNO DE BITÁCORA.
Con mis mejores
deseos, recibir un fuerte abrazo de vuestro amigo y patrón Marcelino.
Aprovechando
la bonanza, Sintry y Miche se hacen unas fotos “PESCANOVA” para bromas con su
familia.
Hemos seguido
a pura vela hasta las 18 horas, en que amaina y tenemos que poner también el
motor. Intentaremos ir al puerto de
Peñíscola, aunque de este modo, queda descartada la primera barbacoa de
la temporada. A cambio veremos la ciudad con la luz del amanecer y podremos
pasear por sus empinadas calles sin los visitantes sabatinos.
Cruzamos el
meridiano de Greenwich, y al atardecer las
montañas se recortan sucesivamente las unas a las otras.
Y mis
barquitos/recuerdos de tantos lugares visitados, navegan recordando sus lugares
de origen. Vendrán otros a complementar la flota.
Llegamos al
puerto de Peñíscola a las 12,30, amarramos en un buen lugar, nos hacemos la
foto con el castillo del Papa Luna detrás y nos vamos a la cama.
Mañana será la
visita turística.
No hay comentarios:
Publicar un comentario