Voy recuperando mis costumbres, madrugo y redacto la
crónica, que esta tarde pretendo mandar a Josu.
Luego haremos el recorrido “clásico” aunque no haya
día de mercado en Oued Lau, comeremos en el refugio de las montañas,
visitaremos Chefchaouen y tal vez cenemos en algún restaurante-carnicería de la
carretera. Mañana lunes empezaremos a trabajar, se acabó esta vida tan cansada
de turistas.
Día espléndido, vamos por la carretera de la costa,
paramos en la primer playa, con las pateras pintadas de azul, allí descubrimos
el modo de reciclar una raqueta vieja de tenis en un práctico salabre:
La parada en el paisaje “suizo” siempre causa asombro a cuantos he llevado; el río, las verdes y agrestes montañas…paramos a comer en el refugio, Daniel está en Portugal, se ve que sigue sin reponerse del todo, nos atiende el encargado, como siempre encantador.
Llegamos a la pintoresca ciudad de Xaouen, paseo por sus calles, visita a la Alcazaba, cuyo museo sigue cerrado, compra de especies, jabones y almizcle, tomarse un té, vamos lo tradicional. La medina siempre es una imagen para memorizar.
Paramos en el super MARJANE, como contrapunto al modo
tradicional de tiendecitas, mini tiendecitas, y puesto callejero. Nos proveemos
de hielo para los cuerpos y lejía para el barco.
Cenamos en el barco. Un gintonic nos sabe a gloria y
sirve para recordar todo lo que hemos visto
MICHE
Nuestra cubierta sigue a tres metros de altura, pero
tenemos una escalera y está practicable. Andar cerca de la borda hasta da un poco de vértigo. A cambio,
el barco no se mueve en absoluto. Mañana empezaremos a prepararlo todo, pero
hoy toca algo más de turismo.
Esta vez el turismo es de montaña. El paisaje es casi
suizo, y Africa sigue mostrando toda su variedad. Incidentalmente: la excursión
es en coche; nuestras piernas la
resisten bien. No me extenderé en detalles: este es el diario del Raw Prawn.
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