martes, 19 de mayo de 2015

Fase-A - Día 2



Noche tranquila, sin luna ni nubes, las luces de la costa española festonean el horizonte.

Por la mañana Andrea comienza las maniobras para poner el spi, pero el viento sube y preferimos ir solo con  la mayor, quitamos el motor, ¡¡vamos a siete nudos!!.

Nos visitan delfines con gran contento de los “novatos”, que se maravillan de sus evoluciones en la proa.





En definitiva vamos muy bien, aunque mi temor es que según el GRIB cambie el viento justo al llegar al Cabo de Gata, veremos que pasa.


Tenemos algunas dudas sobre qué hora del ángelus aplicar, si la española o la marroquí, finalmente optamos por adaptarnos a la europea, que será la que rija la vida a bordo hasta que lleguemos a Montenegro, Albania y Corfú, pero para eso todavía nos queda un buen trecho.


Me doy cuenta que hemos perdido tres sables de la mayor, lo extraño es que cuando cayeran, nadie se diera cuenta. Habrá que encargar otros.


El caso es que comemos estupendamente una carne guisada, por la tarde sigue buen viento de aleta, con sol. La pregunta es si cambiará tan radicalmente como pronostica el GRIB, esperemos a ver lo que pasa para tomar decisiones.


La tarde transcurre al sol, Andrea da clases de nudos a Sintry.

La primera singladura, es de 121 millas, es decir la media “ajustada” esperemos que siga así, aunque el pronóstico es que cambie a NE, de momento han pasado las 19 horas y aunque ha rolado algo, no ha cambiado. Un primer gintonic con hielo fabricado a bordo nos sabe a gloria, mientras el barco surfea las olas y vamos casi a rumbo para pasar el cabo de Gata.



El viento no solo no cambia de dirección a la hora prevista, sino que aumenta en intensidad, por lo que quitamos la Génova y el barco va más tranquilo. Seguimos a rumbo. Pero todo es engañoso, de modo súbito y violento rola a levante, el descuartelar se convierte en ceñida rabiosa, el cabo de Gata parece inaccesible. 
Por más que lo intentamos no somos capaces de avanzar una milla, después de tres bordos infructuosos ponemos rumbo a Almería a donde llegamos a las 7,30 del día 20. Previamente el motor se para repentinamente, sin embargo arranca bien, la marcha avante no engrana. Andrea cree que hemos enganchado algo en la hélice, revisando los costados encuentro una escota de la trinqueta que se quedó suelta en el agua con el chicote desgarrado, esa es la causa. Después de intentar avante y atrás, por fín engrana, en el puerto tendré que revisar la hélice y el timón.

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