Movemos el barco al muelle de salida. Andrea y Miche se quedan colocando
las velas, Sintry y Marjo haciendo comidas, yo con el coche me voy a Ceuta para
dejarlo allí y que las aduanas me dejen
marchar con el barco.
Pasar la frontera me cuesta una hora, hay muchos coches. Finalmente puedo
encontrarme con Manolo y su hermano que nos traerá luego hasta la frontera.
Compro aceite para el barco y en el LIDL, algo imprescindible. Dejo el coche en
un parking y volvemos a la frontera que pasamos a pie, rodeados de gente
(muchas mujeres mayores) que cargan fardos enormes de las mercancías más
variadas, son como acémilas ¡pobre gente!
Al menos así se ganan un jornal de
subsistencia.
En un taxi llegamos a la marina.
Las velas están puestas y la
comida preparada ¡así da gusto ser patrón! Después de comer formalidades de
salida, ahora la policía pide el recibo del seguro, que por coincidir el
vencimiento con estas fechas todavía no tengo, después de una acalorada
discusión, consigo que me dejen salir y enviárselo por mail ¡siempre hay algún
impedimento novedoso!
A las 18 horas empezamos la travesía. Viento en contra y mar tendida, hacen
la navegación lenta e incómoda. A medianoche rola el viento y ponemos la
génova.
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