Nada más dar las ocho voy a la oficina para preguntar por la varada del barco, ¡¡todo está preparado!! Una vez salvado el último obstáculo administrativo (hay que tener un papel que dan en capitanía, media hora andando) lo sacan, el casco está bastante limpio.
El problema es que no está disponible la KARCHER, si se seca el casco luego será mas difícil, gestiones, ruegos… al fín es posible. ¡queda perfecto! Ahora surge el problema de conseguir una escalera para subir al barco, otra vez gestiones, ruegos… finalmente la tenemos.
Las chicas llevan a Manolo a la frontera, yo me quedo para recibir a Aziz, que es el que quiere comprar mi amarre.
El problema es que no está disponible la KARCHER, si se seca el casco luego será mas difícil, gestiones, ruegos… al fín es posible. ¡queda perfecto! Ahora surge el problema de conseguir una escalera para subir al barco, otra vez gestiones, ruegos… finalmente la tenemos.
Las chicas llevan a Manolo a la frontera, yo me quedo para recibir a Aziz, que es el que quiere comprar mi amarre.
Llega puntual, ha organizado la firma del cambio de titularidad en Fndi’q a pesar de ser sábado, se ve que los locales saben como hacer las cosas. En un periquete está todo terminado, salvo un pequeño detalle, todavía no he visto la "pasta" a bordo de su flamante RANGE ROVER, último modelo, me trae otra vez a la marina, a pié de barco me da una bolsa que según él contiene el precio estipulado, debe pesar unos tres kilos, ya que el billete mayor es de 20 €, confío en su palabra y lo doy por bueno ¡¡¡a ojo de buen cubero!!!,
AL FIN SOY LIBRE, puedo dejar el barco donde quiera, bueno donde pueda, veremos a la vuelta lo que puedo hacer. Las chicas han ordenado y limpiado bastante. Comemos ligero, siesta y ducha.
Nos vamos a Tetuán. Paseo por la medina y cena en el restaurante Restinga. Volvemos al barco sin poder comprar hielo, nos vamos derechos a la cama.
MICHE
Lo de buscar un sitio para cada cosa es laborioso; y apenas tenemos tiempo para lo más elemental porque el barco se puso caprichoso y quería salir del agua. Debían molestarle algunas algas e incrustaciones que tenía por la panza. Como tenemos que tratarlo bien, lo metimos en una cuna y ¡afuera! nuestra cubierta se puso a tres metros de altura, y más que un bautismo de mar tuvimos un bautismo de aire. Lo dejamos en seco para limpieza y pintura de fondos y nos fuimos a conocer los alrededores.
Lo de buscar un sitio para cada cosa es laborioso; y apenas tenemos tiempo para lo más elemental porque el barco se puso caprichoso y quería salir del agua. Debían molestarle algunas algas e incrustaciones que tenía por la panza. Como tenemos que tratarlo bien, lo metimos en una cuna y ¡afuera! nuestra cubierta se puso a tres metros de altura, y más que un bautismo de mar tuvimos un bautismo de aire. Lo dejamos en seco para limpieza y pintura de fondos y nos fuimos a conocer los alrededores.
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