Noche tranquila, una mitad con luna y la otra con estrellas.
Al medio día fondeamos y nos abarloamos con el AZABACHE. Juanjo ha pescado un pulpo que compartimos, lo mismo que un arroz que he preparado. Una sucesión de “pomadas” culmina la tarde antes de una siesta gloriosa. Por internet Juanjo me saca el permiso para navegar por la zona restringida.
Al medio día fondeamos y nos abarloamos con el AZABACHE. Juanjo ha pescado un pulpo que compartimos, lo mismo que un arroz que he preparado. Una sucesión de “pomadas” culmina la tarde antes de una siesta gloriosa. Por internet Juanjo me saca el permiso para navegar por la zona restringida.
Al despertar se nos “aparece” Marc, el barco donde está embarcado fondea muy cerca y ha venido a vernos. Charlas, anécdotas; lo malo es que nos olvidamos de hacer alguna foto. En unión de otros amigos, incluído el armador del barco, vienen para cenar. Nos vamos pronto a dormir, que mañana toca madrugar.
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