lunes, 3 de agosto de 2015

Fase-F - Día 8



Amanece con el cielo algo cubierto, casi mejor, así el sol no nos castigará tan duro.


 


En vez de pasar por el estrecho entre la isla y el cabo, damos la vuelta, ya que no lo tengo claro, eso nos da opción a ver la fortaleza por el otro lado, lo mismo que el pueblo de PORTO PALO.

 

Navegamos de ceñida, decidimos ir al puerto de POZZALLO, hay una pequeña marina en la que no pueden entrar barcos de cierto calado. Sin embargo en el puerto comercial han construido otra. Entramos con mucho viento (20 nudos) afortunadamente todo sale bien y atracamos sin problemas. Llamamos para alquilar un coche, uno de 9 plazas nos cobra 120 € por 24 horas, la marina son 55 €. Comemos rápido, nos duchamos y nos vamos a NOTO, que es una ciudad barroca, construida con ocasión del derrumbe de la anterior por un terremoto, utilizaron una piedra blanca local de gran belleza, sobre todo al atardecer.




Los balcones son muy adornados


















En  sus calles hacen dibujos con gravillas de colores

























Con la iluminación artificial, incluso luce mejor.



Volvemos al puerto y cenamos en una pizzería local muy concurrida, buena, abundante y barata.


LOURDES

Ayer dejamos Siracusa. Es sorprendente, mi recuerdo de esta ciudad del año pasado no tiene nada que ver con el que me llevo ahora. Estos dos días en los que hemos paseado por sus calles, me han enseñado una Siracusa nueva y preeeeciosa. La calle Cavour, alrededores y sus tiendas de diseño y souvenirs marineros, la plaza Duomo, el paseo marítimo, el mercadillo en el que ayer compramos tomates secos, berenjena siciliana (la redonda) fruta y algo más… Fuimos a cenar a Dionisio, donde probé por fin la pasta a la Norma, típica en Sicilia por la ópera de Bellini, hecha con berenjena, tomate y ricota salato, también pedimos un rissoto con calamares exquisito y una pasta con albahaca, limón y menta, unas sardinas con caponata y algo más, todo delicioso, regado con vino “mineral” según el maître del restaurante. Fue un día de excesos, porque previo a la cena, también cayó un brioche con tres bolas de helado, también típico de la isla.

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