Hoy es domingo y tampoco podremos comprar. Menos mal que no ha llovido, saltó la alarma anti-garreo dos veces, como no podemos tirar el ancla de cadena (el molinete ha perdido todo el aceite) fondeamos la de aluminio y un rezón grande con diez metros de cadena. Se ve que el borneo fue suficiente para hacer saltar la alarma, mejor tomar precauciones, aunque luego sean para nada.
Amanece nublado, algunas nubes parecen montañas y con viento del SW ¡será posible! Espero que cambie dentro de tres días cuando emprendamos el viaje.
Amanece nublado, algunas nubes parecen montañas y con viento del SW ¡será posible! Espero que cambie dentro de tres días cuando emprendamos el viaje.
Desayunamos, último bañito con escalada incluida, levamos anclas y nos vamos hacia CALA TAULERA, debajo del castillo de la Mola en el puerto de Mahón, confío que haya posibilidad de fondeo allí y no nos pongan pegas.
Llegados a la cala, resulta que hace bastante viento, por lo que intento entrar en contra, por lo que tengo que ir al fondo de los barcos ya fondeados, la consecuencia es que toco fondo y me quedo sin movimiento, menos mal que una zodiac de la autoridad portuaria, me ayuda a salir. Después de la experiencia, decidimos ir a la marina. Para ello pasamos por todo el puerto de Mahón.
Parece que podemos tener un coche para mañana y otro para tres días que aprovechará Conchita cuando se quede en la isla un par de días más.
Con los dos coches nos vamos a las cuevas D’En Xoroy, esta formación geológica la han convertido en un bar por la tarde y discoteca por la noche, verdaderamente es un sitio singular, aunque caro. De allí vamos a cenar a un restaurante, cuya dueña resulta ser una talaverana de carácter, que nos sirve una buena comida. Volvemos al barco y nos tomamos el último gin-tonic, esta vez con ese hielo que en Italia es tan difícil de conseguir.
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