jueves, 16 de julio de 2015

Fase-E - Día 3

A las cinco de la madrugada levamos anclas y partimos hacia la entrada de Kotor. Avanzamos despacio, saboreando cada rincón de la bella costa. La isla de MAMULA cierra la entrada cruzando fuegos con las dos fortalezas de cada extremo. En su día fue una terrible prisión ¡qué paradojas!




 
 
Varios túneles para submarinos abren sus bocas a los turistas que los visitan con sus barquitas. Lo mismo que viejos barcos de guerra se pudren bajo el sol.


 


Vamos avanzando, penetrando por los estrechos que unen ¿separan? Los distintos valles inundados. Entre los pueblos destaca Perast, con su campanario veneciano.
 


 


Las dos islitas con monasterio están tan llenas de turistas, que decidimos dejarlas para otra ocasión. Seguimos hacia Kotor, fondeamos frente al puerto, bajamos el dingui y nos vamos al mercado y tratar infructuosamente de “legalizarnos” ¡cierran a las dos! Afortunadamente mi hermana Mapi, ve a Emilia y se incorpora con su amigo Carlos al grupo. Numerosas cervezas van cayendo para mitigar el calor ¡menos mal que son baratas, en Italia nos habría costado una fortuna. Una visita al mercado, donde hay setas secas e incluso BOLETUS EDULIS ¡¡¡FRESCOS!!! Y queso curado en trigo, tomillo y setas secas. El león de San Marcos, muestra a las claras el domino de Venecia en el Adriático.
 

 
 

Vienen a comer al barco, luego damos un paseo por la ciudad y cenamos juntos. Ellos se van a su apartamento y nosotros al barco, una última copa y a dormir.

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