jueves, 23 de julio de 2015

Fase-E - Día 10

Noche tranquila casi sin viento, el cansancio se hace notar, todos tenemos sueño, aunque a Carlos le produce el efecto contrario y no lo concilia.
La costa es desértica no hay construcciones, salvo varios búnkeres, tanto de cañones como de fusileros, no hay casas, ni carreteras.


 
 

Calor, que paliamos con baños y cervezas, todo lo frías que la pequeña nevera es capaz. Comemos un arroz hecho con el caldo de los huesos de la barbacoa de hace dos días, ¡¡buenísimo!! Julia es una artista del reciclado culinario.
Por fin vamos acercándonos a destino, tengo curiosidad de saber cómo está este lugar después de seis años. No tengo idea de lo que podremos hacer, dejemos que sea el destino quien marque nuestro futuro.
La tarde languidece al ritmo de Maria Bethania “as cancoes que voce fez pra mim”.
Llegamos a PANORMOS (Puerto Palermo) ¡nada ha cambiado! Está tal como lo recordaba del año 2009. Una pareja de austríacos que están en un catamarán nos ayudan a amarrar. Un policía coñazo, nos pone pegas ya que el papel que nos dieron en Durres pone destino Corfú, después de una charla quedamos como “amigos” le regalo una botella de vino español.
 

 
Vamos a cenar en el restaurante de Clarko, se acuerda de nuestra estancia, cenamos bien y sólo terminamos dos botellas de medio litro de su delicioso rakia. Para mañana a las 12 vendrá a buscarnos un amigo suyo para recorrer los sitios interesantes que teníamos previsto. Le encargamos para cenar un cabrito ¿Se puede pedir más?
 


 
JOSU
Llegamos a Puerto Palermo sobre las 19 horas. No sé por qué se llama Puerto… porque no hay puerto. Es un espigón con cuatro ruedas de camión del año catapún.
El pueblo es pequeñito y creo que sólo existe un bar: el restaurante de Clarko. Vamos allí y ya, antes de sentarnos pedimos media docena de cervezas, grandes y muy, muy frías. El bar tiene una terraza con una gran parra que da sombra y desde donde se ve la fortaleza del pueblo. Cenamos chuletillas de cordero, ensalada, crema de queso y yogur (crema de yogur). La crema de queso y el yogur están buenísimos.
En la tertulia se acerca una pareja de austriacos que están (viven) en un catamarán. Nos dicen que planean dar la vuelta al mundo: bajar a Canarias, cruzar el atlántico y pasar al pacífico por Panamá. Vienen de Croacia y también nos cuentan que la noche anterior han pasado por una tormenta con fuerte viento (rachas de 60 nudos) y granizo, del tamaño de avellanas. Es la tormenta que vimos ayer por la noche. Menos mal que no la sufrimos!!
La tertulia se alarga y nos cierran el bar. Nos despedimos de los austriacos y continuamos nosotros en la bañera del barco: un par de gintonics con el poco hielo que nos han dado en el restaurante y un chupito de Cardenal Mendoza. Buen ambiente y a la cama.

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