lunes, 6 de julio de 2015

Fase-D - Día 7

FERNANDO Y ESTHER

Tal y como habíamos acordado, a las nueve menos cuarto Esther, Marcelino, Juanjo y Fernando desembarcamos con el gomone en la playa, con la intención de subir lo más posible para acercarnos al cráter del volcán Stromboli por un camino que Juanjo conocía del año pasado, deseoso de ver los efectos luminosos y sonoros de un volcán activo.
Salimos de la playa y, una vez atravesado el  pueblo, comenzamos el ascenso por un camino bien marcado y empedrado con piedra volcánica como no podía ser de otra forma. Ya anochecido y tras media hora de marcha el camino se bifurca, afortunadamente encontramos allí un matrimonio que amablemente nos informa que, a la derecha se dirige hacia un restaurante y, por la izquierda hacia el cráter. Tomamos, por tanto, el camino de la izquierda ya completamente de noche. El camino cuesta arriba se va haciendo cada vez más zigzagueante, al poco vemos el primer resplandor, aún lejano, insonoro y no muy grande. El camino continúa con buen piso hasta los doscientos y pico metros de altitud en los que empiezan a aparecer desconchones y grandes pedruscos dificultando un poco la marcha. Nos cruzamos con pequeños grupos de personas que vienen de regreso con los frontales encendidos deslumbrándonos. Nos resistimos a encender las linternas a pesar de que la luna aún no ha salido, el cielo cuajado de estrellas, el silencio, la noche cálida, las vistas de los barcos fondeado, el ruido de las piedras lanzadas por volcán al caer en el mar nos hacen avanzar en la oscuridad disfrutando de todo ello a la vez que de una buena charla.
Después de hora y media de subida alcanzamos los doscientos noventa metros de altitud donde encontramos un cartel informativo y una pequeña plataforma. Una pareja que estaba allí sentada nos dice que el camino hacia los 400 metros de altitud está muy mal y que con las sandalias que lleva Esther no puede continuar. Nos sentamos nosotros también a descansar y contemplar los sucesivos resplandores y pequeñas llamaradas que se producen, cada quince minutos aproximadamente, por encima de nosotros, a la vez que oímos rodar las piedras y cómo éstas entran en el mar. Tras contemplar durante una media hora aproximadamente el espectáculo que nos ofrece el volcán en esta espléndida noche comenzamos el descenso, ahora sí encendemos las linternas, la prudencia lo aconseja, la bajada la hacemos sin ningún problema y completamente solos.
A las tres horas aproximadamente de nuestro desembarco en la playa llegamos a la plaza donde el bar aún estaba abierto, circunstancia que aprovechamos para tomar un gin-tonic (Esther pide un gin-tonic analcólico) que nos supo a gloria antes de botar el gomone y regresar al barco donde cayó otra ronda antes de irnos a dormir dos horas, pues a las cuatro zarparemos para ir al otro lado de la isla y junto con el resto de la tripulación ver las explosiones del volcán, esta vez desde el barco.
La foto de la derecha es una erupción tomada con poca luz y sin trípode osea una chapuza un poco sicodélica…

 


 
Nos paramos en un sitio con unas vistas espectaculares (restaurante Cabo d’Orso), adornado con mil y una flores con un gusto exquisito, porque no solo es el sitio, hay que saber dar ese toque de ornamentación para que en este caso los clientes perciban las sensaciones que se quieren transmitir. Marce propone tomar un café (está irreconocible, jaja yo creo que se está reconvirtiendo un poco…).
Proseguimos nuestro camino pasando por Mallore, Minore seguimos contemplando el maravilloso paisaje, tomamos dirección Ravello que está en lo alto de la montaña, allí visitamos un par de Nobles casas, comemos en una terracita, las cervezas rojas a la “espina” nos encantan y las ensaladas están muy buenas.
En la Casa Cimbrano la taquillera es espacial, está dotada de rayos laser, sensor ultrasonido yo creo que hasta sismógrafo, el caso es que es imposible colarse y tampoco quiere hacernos un descuento de los SIETE euros que cuesta la entrada, ella se excusa diciendo que es una casa particular…..
Buscamos a 8 personas para hacer un grupo de 15 y al menos que nos cobre precio de grupo, conseguimos nuestro objetivo, juntamos a 5 palestinos y a otras tres personas mas pero la taquillera al ver que no entra gente sale de su cabina y nos desbarata el plan diciendo que para descuento en grupo tiene que ser por medio de agencia…. Y a nosotros casi nos paga la Palestina, jajaja
Al final pagamos lo que corresponde y la verdad es que sólo
por las vistas y el emplazamiento del lugar merece la pena el gasto.

Ravello es un sitio donde cada año se celebra un festival de verano muy famoso, hay eventos casi a diario, la entrada por persona cuesta 40 euros y la sensación debe ser muy buena, tanto por la acústica como por las vistas.
Recogemos los coches del parking y salimos hacia Amalfi, bajamos por la carretera sinuosa de curvas entrelazadas y paso estrecho hasta que hacemos una parada en una bodega de vinos donde su gentil propietario nos muestra sus vinos, compramos 5 litros de vino blanco  cinco de tinto, proseguimos nuestro camino hasta llegar al centro de Amalfi. La ciudad está llena de gente y de coches, además aquí salen los ferrys y autobuses hacia los distintos lugares, perdemos al coche de Fernando, hacemos la visita a la ciudad confiando en encontrarnos.  Subimos por la calle central legando a la fachada de la Imponente Catedral, se nota que Amalfi fue una de la cuatro repúblicas italianas del Mediterráneo, ésta edificación da muestra de ello. Me gustó más por fuera que por dentro, también visitamos el claustro y el museo donde pudimos ver un “gorrito” con casi 20.000 perlas que utilizaba el mandatario de la época.

Paseamos por su calle central observando las tiendas, hacemos la compra de carne, verdura y pan, esta noche haremos barbacoa en el barco. Bebemos de una fuente peculiar adornada con figuritas de belén, se supone que si bebes de su agua fría algo bueno te pasa.

En la verdulería veo algo muy familiar que me recuerda a mi infancia, son avellanas recién cogidas del árbol, recuerdo cuando regresaba con mi abuelo de segar el pasto y de regreso con el burro tirando el carro lleno de hierba fresca recién cortada nos deteníamos en algunos árboles y cogíamos estas mismas avellanas, las mordíamos dejando en la boca ese sabor tan peculiar hasta sacar la tierna avellana del interior de la cascara. Hoy he sentido lo mismo, hacía mucho mucho tiempo que no tomaba avellanas así, ni lo recuerdo.
Llegamos a nuestro coche de manera puntual, más nos vale porque una hora en zona azul nos cuesta 5 euros!!! No nos  hemos encontrado con los tripulantes del otro coche por lo que salimos hacia Salerno, allí en el bar del embarcadero donde hemos dejado el dingui será donde nos encontremos.
En nuestro viaje de regreso la costa se ve con otro color muy distinto al de por la mañana, ahora el sol se está poniendo, predomina el naranja dando esa calidez que te invita a no hacer nada más que contemplar lo que tienes a tu alrededor.  Nosotros entramos en Cetara para ver si nos encontramos con la familia de pescadores que el pasado año nos dejó abarloarnos a su barco. Conseguimos llegar al puerto callejeando por el centro incluso nos encontramos con el padre de la familia pero apenas se acordaba de nosotros, continuamos nuestro camino hacia Salerno.

Cuando llegamos encontramos un sitio donde aparcar justo frente al barco y el “Embarcadero”, su dueño nos escribe en un papel la palabra “Embarcadero” y nos dice que lo pongamos en el interior del coche, de esta manera no hará falta pagar el aparcamiento. 
Nos tomamos una cerveza mientras hacemos algo de tiempo porque aquí tampoco están Fernando, Jose Luis y Barri. Pero pronto nos vamos al barco a encender la barbacoa.
 
 
No hacemos más que llegar y vemos a Barri en la orilla haciéndonos señales, voy a por ellos mientras que Marce enciende la barbacoa. El jefe del bar nos proporciona un bolsa de hielo de 5 kilos que nos servirá para enfriar la nevera y para lo Gintonis. La barbacoa ha sido todo un éxito, no hemos podido con todo, hicimos una salsa con diversas hierbas que sirvió de acompañamiento tanto para carne como para verduras y patata, especial mención a las berenjenas que tenían un sabor y textura especial ahhh y al parrillero Marce que se dio un buen tute. 

MARCELINO

Nos levantamos puntuales, levamos anclas, organizamos el dingui y salimos hacia nuestro destino, el volcán sigue tranquilo pero logramos (con mucha suerte) captar un pedete del volcán…. Lo mejor son las vistas y las fotos que hicimos después, una vez que nos alejamos un poco del volcán pudiendo observar su magnitud. Marcelino se hace cargo del dingui para hacer las fotos correspondientes del Raw Prawn y su tripulación, nosotros también le hacemos varias fotos (parece el guardián del volcán, jajaja, mejor dicho el taquillero del mismo al más puro estilo Casa Cimbrano).
Es hora de cambiar de rumbo y salir hacia Vulcano pero pasando por algunas de las más bellas Islas Eolias.
¡Así da gusto! Hoy ha habido amanuenses de sobra, que han contado la crónica del día, a mi solo que queda poner alguna foto, sobre todo las del barco y sus tripulantes con el fondo del volcán humeante. 


 


 


Pasamos frente a la isla de PANAREA  y su islote satélite BASILUZZO
 
 
La siguiente isla es LÍPARI, con sus canteras de piedra pómez. La crónica de Vulcano y las fotos las pone Juanjo.

JUANJO

Es hora de cambiar de rumbo y salir hacia Vulcano pero pasando por algunas de las más bellas Islas Eolias.
Seguimos dirección Vulcano pero justo antes de llegar decidimos pasar por el pueblo de Lípari para comprar en la pescadería y algo de fruta en el súper, esta isla es la más indicada para hacer las compras.

Primero unas cervezas para celebrar el Ángelus y ya de paso comemos antes de desembarcar, jaja unos espaguetis que ha hecho José Luis que están de rechupete.  Dejamos el barco fondeado en el puerto viejo y desembarcamos, primero vamos a la pescadería, menos mal le queda media hora para cerrar y hasta las cinco no vuelve a abrir.


Compramos unos calamares especiales (marrones) TÓTANI que son de aquí, un kilo de Costardelas y un kilo de pez espada. Lo llevamos al barco para proseguir con nuestras compras.  Después vamos al supermercado  hacemos el resto de la compra, para terminar unos gintonics y mojitos en la terraza de puerto…..nos dan tapas y más tapas que comemos con gusto y eso que hemos comido hace un rato!!! En fin que imagino tendremos fuerza para ascender a Vulcano una vez estemos allí.
Nada mejor que una buena siesta antes de ascender al volcán. Marcelino no duerme, se encarga de preparar las sardinillas en vinagre. Una vez todos preparados nos vamos con el dingUi a la pequeña marina donde el simpático marinero nos manda amarrar en otro lugar con cajas destempladas. Todos salimos andado con muchas ganas, el volcán es nuestro, la subida al cráter es rápida pero costosa, la arena del camino dificulta mucho la ascensión, compensa con creces las vistas que se van viendo pero según ascendemos cada vez n mejores, es un verdadero espectáculo, tenemos suerte pues hoy el día es claro y la luz nos favorece, ¿que más  se puede pedir? Pues subir un poco más a coronar el volcán!!! Nos armamos de valor, sobre todo yo que desconfío de mi rodilla….  Ascendemos y ascendemos hasta llegar a la cima, ha merecido la pena, una sensación de paz inunda mi cuerpo y creo que también el de los demás. Me viene a la cabeza el último pico que coroné con Marce, el de la isla de Pico, ese sí que fue duro, pero este para mí ha sido muy especial, confío en que sea al primero de muchos, que aunque no sean los más altos no importa pues lo que cuenta es el ánimo y la culminación de una ilusión.
En este caso todos hemos subido y bajado como jabatos, hemos podido ver y sentir la atracción de un volcán tan especial como este y hemos disfrutado de sus vistas y de la propia ascensión, no decir de las cervezas que nos hemos tomado una vez terminada la caminata, jaja.
 
 


Ya en el barco preparamos una barbacoa a base de Pez Espada, Costardelas, Calamares… en fin que buena comida no nos falta como tampoco acción pues después de la cena salimos a navegar hacia Messina (SCILLA)  !!!! Saludos a Todos!!! 
 
 



Estos son los pescaditos que nos cenaremos esta noche….
 


  
 

 

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