Fase-D - Día 4

Ayer recogimos a Juanjo en Salerno, fondeamos en la playa, ya que nos echaron de un puerto. Me acabo de dar cuenta que de los siete tripulantes NINGUNO FUMA, creo que es la primera vez que ocurre algo así.

Hoy veremos que se puede hacer.

Conseguimos alquilar dos coches a buen precio: “70 € cada uno”. Con ellos nos aprestamos a recorrer esos pocos pero preciosos kilómetros de la COSTIERA AMALFITANA. Que discurren tallados en la montaña- Ahora tenemos la posibilidad de ver desde tierra lo que vimos desde el mar.

 

   

 

Los paisajes se abren en todas las curvas, paramos donde podemos, la única pega es la suciedad de la carretera, parece mentira que no retiren todas las bolsas de basura y demás inmundicias.

 

 

Paramos a tomar un café en un restaurante en el Cabo del Orso ¡lugar mágico! A las vistas se une una decoración exquisita, lástima no poder comer aquí, ya que presumo que la cocina hará honor al resto de atractivos, para colmo los precios razonables.

 Paramos en Ravello, ese pueblo colgado entre el cielo y el mar, de calles imposibles, de catedral decorada con la fantasía oriental, con miradores de vértigo, en resumen una verdadera maravilla.

  

CASA RUFOLO:

 

 

Comemos estupendamente en una pizzería, que tienen además otras cosas ricas, tampoco nos pareció cara:

Seguimos el recorrido ahora en la casa CIMBRONE

 

 

 

 

Compramos dos garrafas de vino de ese que se produce en lugares imposibles aterrazados desde siglos

 

Finalmente llegamos a AMALFI, la que fuera la primera de las repúblicas marineras italianas, las otras son: Génova, Venecia y Pisa. Mis tripulantes me regalan las banderas de que acompañarán a la de la Serenísima República que engala el mástil del barco desde que la visité en el año 2009.

Aquí se mezcla el lujo, con las calles recónditas, que recuerdan a las de una medina árabe. Compramos para hacer una barbacoa cuando lleguemos al barco.

 

 

 

 

 

       

Estas son las dos últimas imágenes de este viaje:

 

Compramos 5 Kg de hielo, creo que habrá suficiente para hacerse un gintonic para cada uno después de la barbacoa.

JUANJO

Amanece muy temprano, a las cinco ya se siente el calorcito del sol, es cuando me regocijo un poco en mi camastro, he pasado la primera noche con viejos recuerdos y con las caderas algo desentrenadas, jaja pero ya se acostumbraran , es cuestión de tiempo…..

Anoche Marcelino me dio una  sorpresa, iremos a Stromboli, yo no lo sabía porque no hice mis deberes… con tanto trabajo no había leído el plan de viaje…. En mi caso todo se ha gestado a última hora y ahora cuando me habla de ir a ese volcán se me encienden los ojos porque el pasado año no pude ascender a la cima por problemas de salud y en esta ocasión creo que sería capaz, ya veremos.  De momento salimos del barco a buscar coches de alquiler y los conseguimos si problema y a un precio  razonable. Tomamos dirección Amalfi parando en cada curva, haciendo mil fotos que después habrá que filtrar, las vistas son espectaculares, la belleza del lugar embriaga, igual que sus olores a pino y limoneros.