Con los continuos embates del agua en la proa, se
desengancha el ancla de aluminio de su enclave, la cadena rompe parte de la
regala y la propia ancla daña el casco, no mucho, pero habrá que repararlo.
Afortunadamente por la tarde podemos navegar bien, aunque no
nos da tiempo a llegar a las Bocas de Kotor, fondeamos en un sitio estupendo
llamado TRSTENO. Justo en el momento de la puesta de sol, las montañas hacen
honor al nombre del país MONTENEGRO (GRNA HORA)
JOSU
Emilia me despierta a las 4 de la mañana. Está a punto de
amanecer. Minutos más tarde el sol comienza a verse en el horizonte y para mi
sorpresa no sale desde el mar si no que lo hace por detrás de montañas. Son las
montañas de la costa de Montenegro y Albania. Pero cuando el sol se alza
completamente, este perfil se esconde, desaparece y vuelve a verse el horizonte
azul. Aún quedan 60 millas hasta las bocas de Kotor.
El viento arrecia hasta los 20 nudos. Vamos rápido pero con
el rumbo desviado 30 grados al este. Durante el día lo vamos corrigiendo. No
nos da tiempo a llegar con la luz del día a algún fondeadero de la entrada al
fiordo de Kotor, por lo que decidimos fondear en una pequeña baía a 6 millas de
distancia.
Después de echar las dos anclas de proa y en la penumbra del
atardecer nos pegamos el primer baño en el Adriático y el primero también de
esta fase. Extrañamente el agua está fría pero el baño-ducha se agradece igual,
igual.
Cenamos algo de picoteo y para las 23:00 ya estamos todos
encamados. Mañana hay que madrugar.
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