Noche tranquila de viento, aunque
movida ruido discotequero, recordaba el puerto ruidoso, pero ¡no tanto!
Después de desayunar salimos hacia
Águilas. Nada de viento, cielo tormentoso ¿Nos caerá? Pasamos frente a la isla
de Tabarka, poblada por prisioneros cristianos liberados de la original Tabarka
tunecina, en donde hemos estado varias veces.
El cielo sigue nublado, Pasamos por
Santa Pola y luego Torrevieja dos ejemplos de poblaciones con construcciones
masivas. Se levanta algo de viento que poco a poco va subiendo, muy de ceñida,
el pronóstico es que cambie. De momento ya tenemos que hacer un bordo.
Para comer, por primera vez en este
barco hubo HAMBURGUESAS y el caso es que estan bastante buenas, en el super no
había la comida que quería Clarisa, hubo que conformarse con lo que tenían, que
era bien poco.
Tenemos a la vista la Manga del Mar
Menor, otrora lugar magnífico cuajado agora de edificos mastodónticos que han
agotado la fauna que allí había ¡el desarrollismo! Una puesta de sol entre
nubes.
Llegamos al cabo de Palos, con sus
islas Hormigas delante, mar picada, navegación de bolina hasta que cesa el
viento, ahora solo falta que role según lo previsto.
Efectivamente, entra el levante que
nos propulsa solo a vela a veces a más de siete nudos. Dice Manolo que él ha
visto más de once ¡habrá que creerle!
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